Los investigadores concluyeron que la masacre no tuvo motivaciones raciales ni religiosas ni políticas.
De acuerdo con El País, las investigaciones que hasta el momento han realizado las autoridades estadounidenses apuntan a que Devin Kelley, el responsable del asesinato de 26 personas en la iglesia baptista de Sutherland Springs, tenía problemas con su suegra.
Por ello, ya había amenazado con atacar en la parroquia a la que la venerable señora acudía… y porque los caminos del Señor son misteriosos, el día de la masacre la señora en cuestión ni había ido a la iglesia.
Pero, por increíble que parezca y a pesar de que allá lo vivieron en carne propia, habitantes de la zona rural en la que sucedieron los lamentables hechos dan la razón a Trump: las armas no son el problema, comenta el ex policía Charlie Young, quien señala que si hay que responsabilizar a alguien por lo ocurrido el domingo pasado.
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