David Goodall, el científico australiano más veterano de su país, a sus 104 años, inició el día de ayer miércoles 2 de mayo, un viaje que terminará en Suiza, donde se someterá a un suicidio asistido.
Goodall no padece ninguna enfermedad en fase terminal, pero argumenta que su calidad de vida se ha deteriorado.
“No soy feliz. Quiero morirme. No es particularmente triste”, explicó a la cadena de televisión australiana ABC el día de su cumpleaños, a principios de abril. “Lo que es triste es que me lo impidan. Mi sentimiento es que una persona mayor como yo debe beneficiarse de sus plenos derechos de ciudadano, incluido el derecho al suicidio asistido”, añadió.
Según la asociación Exit International, el científico viajará desde Perth —la capital de Australia Occidental, donde reside— acompañado por un representante de la ONG. Ambos una primera parada en Burdeos (Francia), donde visitará a familiares, para después continuar hasta la ciudad suiza de Basilea, donde tiene cita con una organización de asistencia al suicidio de Basilea.
Goodall ha publicado decenas de estudios, y hasta muy recientemente seguía colaborando con varias revistas especializadas en ecología. Exit International lanzó una campaña de financiación participativa para subir a primera clase los billetes de avión del científico y de la persona que lo ayuda. Por el momento han recaudado más de 17 mil dólares australianos.
Cabe destacar que el suicidio asistido, o eutanasia, es ilegal en la mayoría de países del mundo. Estaba totalmente prohibido en Australia hasta que el estado de Victoria lo legalizó el año pasado, aunque la ley no entrará en vigor hasta 2019.